
Era una vez....
Mi nombre es Miguel, naci en una zona cerca del mar de Galilea, mis padres eran de condicion humilde, mi padre era pescador, mis hermanos ayudaban y mi madre ayudaba en la casa con los quehaceres de la familia. Cuenta la historia de mi familia que nuestro pais gozaba de gran prestigio entre las naciones, practicamente eramos una potencia mundial, teniamos una era dorada, eramos la envida de todos por decadas, nuestros reyes eran impecables, rectos y Justos, pero segun relata la historia que nuestro poderoso pais llego a la decadencia en todas las areas de nuestra existencia, siglos despues fuimos invadidos por potencias extranjeras que de un momento a otro se volvieron los mas poderosos del planeta, incluso mas que nosotros.
Bueno...segun nuestro pais llego a ser sirviente de esas potencias invasores, todo el esplendor de nuestra hermosa y amada nacion se fue al piso, fuimos despojados, asesinaron a todos incluyendo mujeres y niños, nos dejaron en el extremo de la indigencia. Luego de que mis antepasados soportaron meses de
asedio, gran parte de mi amado pais fue deportado y esparcido sobre la tierra, todos pensaron que nuestra amada tierra y nuestro renombre desapareceria para siempre de la faz del mundo. Para culminar los antecedentes de mi familia, dicen los escritos que setenta años despues regresaron los deportados a nuestra patria y muchos lloraron, se lamentaron, gimieron por culpa de los pecados cometidos que nos llevaron al fracaso nacional, entre ese grupo que retornaron estaba mi familia, llegaron, se establecieron y comenzaron a trabajar para reconstruir a nuestra amada nacion.
Entre pescados y barcas creci, mis juguetes fueron las redes y las cañas de pescar, pero siempre pense en esa no era mi vida, no queria seguir viviendo asi, entre lujos y detalles estaba mi destino, ¡si! deseo ser rico, un hombre de renombre, un ser respetado en el cual no tenga que mendigarle nada a nadie, y para lograrlo seria capaz de hacer cualquier cosa, ¡No importa que sea! pero tengo que salir de esta miseria que llevo plasmado en mi vida llamada "pescador" ¡Es hora de parar y adentrarme a la verdadera vida!.
Uno de mis compañeros de juegos se llamaba Jubal, era un chico muy arriesgado, dispuesto a la aventura, fue con quien mas me identifique en los dias de pesca, en el cual me vi obligado a trabajar para mantener a mi familia, era un chico que no le temia a nada, realmente este era el tipo de amigo que queria tener porque los demas los consideraba debiles de caracter o cobardes y yo nada de eso tengo. Jubal y yo un dia decidimos irnos a la ciudad, emprender la buena vida, con lo poco que reunimos de nuestras jornadas de trabajo nos fuimos, teniamos los mismos sueños ¡y el futuro se veia prometedor! ¡nunca me habia sentido asi!.
Llegamos, todo era de maravilla, la ciudad, los lugares para frecuentar, ¡las mujeres! ¡ohhh me sentia en el paraiso! disfrutamos, derrochamos, hicimos y deshicimos, ¡Esto si es vivir! pero la triste realidad es que el dinero se nos acababa y teniamos que hacer lo que fuera para obtener mas y al acuerdo que llegamos es que mas nunca regresariamos a ejercer esa tediosa, patetica y cansable profesion llamada "pescador" y fue en esos momentos que conocimos a unos tipos que se hacian llamar "ganster" era gente muy bien dotada de dinero, buena ropa pero algo misteriosa para nuestro gusto, nos prometieron tantas cosas y sin pensarlo nos introducimos en este mundo.
Los trabajos eran sencillos, teniamos que cobrar algunas deudas de nuestro jefe pero en caso de que no pagaran teniamos que golpearlos hasta el cansancio, otras que haciamos era robar lo que le pertenecia a nuestro jefe, siempre me pregunte porque robar lo que es tuyo, no tiene nada de logica. Delito tras delito, atropello tras atropello, realmente nos haciamos inmunes a sentir compasion, Jubal muchas veces robo, agredio y mato a tantas personas en pocos meses que ya le parecia tan normal, pero algo muy dentro de mi me decia que estaba mal hecho y me sentia reclamado para el lado bueno y claro de la existencia humana. Cierta ocasion estabamos robando un lote grande de mercaderia, era el mayor robo que habiamos hecho, nuestro jefe nos prometio que si cumpliamos con ese deber dejariamos de ser empleados y nos volveriamos sus socios, nuestra imaginacion volaba y nos veiamos rodeados de los mayores placeres que puede ofrecerte la vida, cuando estabamos culminando nuestro golpe, nos cayo la patrulla que estaba por alli en ese momento, dicen que nos delataron... pero eso ya no importa, he aprendido la leccion del perdon.
Encarcelados, con solo pan y agua, la lluvia cayendono sobre nosotros, a las semanas se nos dio veredicto sin un juicio, ¡Culpables! dijo el procurador romano, ¡los sentencio a muerte! mi cuerpo comenzo a temblar, como anhelaba estar en mi barca pescando junto a mi familia, llore, me lamente, pedi perdon, pero la ley exigia que se pagara por los demas crimenes cometidos que ni idea de como salieron a la luz, y lo peor para nosotros era que la sentencia se ejecutaba en ese instante. Fuimos llevados a la calle, Jubal rugia de rabia, yo me lamentaba y clamaba al cielo por redencion pero sentia que era demasiado tarde, se nos dejo con pocas ropas y se nos monto un liston de madera a cada uno encima, la sentencia comenzaba a ejecutarse, lo interesante de la historia va a comenzar.
Entre nosotros habia un tercer condenado, si.. pero su aspecto era distinto, diferente, a nosotros no se nos torturo y menos se nos latigueo, pero a El.. ¡que espanto! tenia su piel rasgada a trozos, sus ojos inyectados de sangre, en su cabeza una corona de espinas que se le introducia en la piel, es increible que este tipo tenga una mirada de dolor pero a la vez de paz, sabia que este trayecto hasta las afueras de la ciudad estaba escrito desde antes de crearse el mundo. Yo estaba adolorido, realmente estaba lloroso porque iba a morir en pocas horas, Jubal estaba agresivo y tuvo que ser controlado por un grupo de guardias, pero su escape era nulo, nada nos podia salvar y a lo lejos estaba la puerta a la eternidad, ¿pero era cual eternidad? no se, pero algo debe determinar si es la tormentosa o la celestial.
Comence a pensar, pensaba en mi familia, ¡soy una verguenza! me decia a mi mismo, sacrifique mi moral por los placeres vanos de la vida, estaba muy intrigado por el tercer condenado, ¿que habra hecho? ¿por que su madero era distinto al nuestro? ¿por que tanto dolor con un gesto de paz? sin mis calculos no me fallan debe llevar 120 Kg o mas sobre sus hombros, ¡ese tipo en cualquier momento se derriba! pense, me olvide de mi amigo y me enfoque en ese hombre que algo lo hacia especial aun con el aspecto monstruoso de su ser, pense que quiza era un violador, un asesino, un ladron como nosotros; en nuestro pais nunca han mostrado piedad por los delincuentes pero mientras unos lo golpeaban y maldecian otros lloraban y gritaban su inocencia, pedian justicia ante ese personaje, es ironico que pidieran para El todo el proceso judicial correspondiente cuando este tercer condenado sencillamente era en su esencia eso: justicia y verdad pero mas que eso tambien la vida misma y un camino.
Faltan menos de 300 metros, el tercer condenado cae el suelo, los soldados lo golpean para que se levante pero su ser no puede mas, uno de los guardias elige a un hombre entre la muchedumbre, escuche que se llamaba Simon de Cirene, fue obligado a ayudar al tercer condenado, la tradicion dice que si alguien ayuda con su carga a un condenado a muerte por crucifixion debe sufrir la misma golpiza hasta llegar al sitio del sacrificio, este hombre tomo entre sus brazos al tercer condenado y su madero, la caminata continuo, mis ojos no se desviaban de el hombre de ropas y piel rasgadas, en eso sucedio lo inimagibale ¡El me miro! sus ojos me impactaron, su mirada era de paz, de perdon, de misericordia, ¿como puede un hombre condenado tener estas caracteristicas? ¡Es imposible! pero su mirada mas que inyectada de sanfre eran como llamas de fuego que consumia mi ser, realmente era impresionante, en ese instante volteo el rostro y siguio su camino.
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